Este es una pequeña plataforma donde comparto mi opinión sobre algunos temas referentes a educación y sociedad.

lunes, 26 de junio de 2017

Necesidades Educativas Especiales: del extra a la cotidianidad

Las Necesidades Educativas Especiales (en adelante NEE), no cuentan con un amplio bagaje debido a su escasa antigüedad en el quéhacer pedagógico, esto debido a que el origen y la mayor parte del desarrollo de la educación como la ciencia de enseñar, contó con una visión rígida, fría y discriminatoria para quienes por alguna u otra razón, no se adecuaron a la metodología de enseñanza tradicional, autoritaria y positivista. Sin embargo, dichosamente gracias a la ardua labor investigativa y experimental, que desarrolló exponencialmente la teoría educativa, hoy en el sector educativo hablamos cada vez más de las NEE, en sus más diversas manifestaciones, como uno de los aspectos propios de una educación que se adapta para incluir a todas las personas. 

Aunque las NEE se acuñaron como término hace pocas décadas, desde hace siglos, se habla de "problemáticas" en el aprendizaje, que en principio se referían a condiciones necesariamente naturales como la idiocia o imbecilidad, con lo cual únicamente se excluía al sujeto de la educación, ante su imposibilidad innata de aprender, además de una sistemática discriminación en otros ámbitos de la sociedad. En la actualidad, entendemos las NEE como las situaciones particulares que obstaculizan los procesos de enseñanza y aprendizaje para el niño -al menos los procesos estandarizados-, agrupados en categorías: las necesidades de acceso, que se refieren a las condiciones de déficit físico, que obstaculizan en mayor o menor medida, la movilidad del infante. Por otra parte están las necesidades cognitivas, que tienen relación con condiciones neurocerebrales que disminuyen o bloquean ciertos procesos mentales asociados con la actividad cognitiva.

Este es un tema de muchísima importancia, puesto que implica repensar la educación y a sociedad de conjunto, nuestro accionar como educadores, compañeros, colegas, vecinos; de adecuar los procesos -educativos- a estas condiciones, de manera de no negar para nadie la oportunidad de aprender y desarrollarse como personas, completas en entornos integrales con todos los derechos. Pero la realidad es que debemos empujar mucho más, para entender las NEE desde un concepto más amplio; si bien la definición antes mencionada es correcta y debe estudiarse, comprenderse y trabajarse en la cotidianidad, también debemos incluir otras necesidades. Es decir, no todas las personas aprendemos igual, hay distintos ritmos, métodos de aprendizaje, incluso intereses que pueden significar prioridades en la concentración, etc., por lo que podríamos hablar de que todas las personas tenemos algún tipo de necesidad especial -¡sin alarmarnos!-, esto no quiere decir que la educación tiene que individualizarse y crear un caos inmanejablemente diverso, sino que nos debe mantener alerta y conscientes, para diseñar currículos que se adapten, a los tipos de aprendizaje, las distintas inteligencias e intereses de los educandos con variedad de metodologías, con las que podamos experimentar para así generar una educación realmente inclusiva.

A nivel social, la comprensión y trabajo de las necesidades, en el sentido de nuestro deber formativo, también debe traducirse en generar mecanismos y espacios de convivencia, entre todas las personas, aunque en los casos de mayor complejidad se plantean procesos separados de los estudiantes con ciertas NEE, es fundamental que desde las escuelas promovamos el compartir entre las diversas capacidades, y en general, la diversidad de características que innegablemente están presentes en todo grupo social. Esto no solo para el espacio educativo, sino porque en general esta sociedad sigue padeciendo una profunda enfermedad de discriminación hacia lo que es diferente, en todos los ámbitos sigue existiendo un rechazo que no es otra cosa que quitarle a otras personas su integridad como ser humano, su derecho a ser. 

En lo particular y en lo colectivo, somos nosotros los que necesitamos aprender a trabajar con la diversidad, de una manera positiva, no de manera engorrosa y extenuante como sucede en la mayoría de los casos para los docentes que no estamos familiarizados con estos entornos.

Recomendación: Querido profesor


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